viernes, 6 de febrero de 2009

9º Comunicado

Tal como se supo en el día de ayer, el Juez Juan Francisco Tapia dio lugar al Desalojo del predio recuperado por las Familias Sin Techo. Los medios de desinformación masiva intentaron instalar un clima de tensión diciendo que el desalojo sería inminente e inmediato. Esto es falso. La lucha sigue.

La situación judicial
Si bien el juez, por pedido de la fiscal Graciela Trill, dispuso desalojar a los compañeros y compañeras Sin Techo, la medida no se efectuaría de forma inmediata, porque el propio fallo indica que las condiciones en que se realizaría el desalojo entrarían a correr cuando el fallo quede firme. Esto quiere decir que todavía quedan instancias a las que los abogados del pueblo pueden apelar. Los abogados van a hacerlo, a todas las instancias posibles. Además una vez "firme" deben cumplir muchos requisitos, de acuerdo a las leyes internacionales en materia de Derechos Humanos (deben avisar con 48 hs, deben hacerlo en horario diurno y con buen clima, deben haber filmaciones del modo en que la policía acciona, debe haber veedores de la Secretaría de DDHH de la Pcia y de Organismos de DDHH, debe haber asistentes sociales, etc). Además, es importante señalar que el mismo fallo del Juez Tapia obliga al Estado a garantizarle a los grupos familiares que están en situación de calle -es decir, que no tienen donde ir- un lugar para vivir, antes de proceder a un eventual desalojo. El mismo pedido que los y las Sin Techo llevaron a la mediación y fue utilizado como excusa por los funcionarios para cortar el diálogo.
La situación social
Las Familias sin Techo se han fortalecido en este conflicto, han crecido, se han organizado de manera colectiva y horizontal, han aprendido qué se puede esperar y qué no del Gobierno, han recibido innumerables muestras de apoyo social y de consenso para con su justo reclamo. La Red de Apoyo y las organizaciones que adhieren a esta lucha han conocido la dignidad y necesidad de los y las Sin Techo, y el vinculo con su lucha se ha sellado formando un compromiso solidario que ya no puede romperse. Se sabe que en esta lucha se juega no sólo las casas para estas familias que de verdad las necesitan, sino también la esperanza de mucha gente que con este ejemplo puede volver a creer que con organización colectiva y lucha decidida se pueden conquistar los derechos que el Estado niega sistemáticamente. Esta unidad interna entre las Familias, y el nivel de apoyo social conseguido, dan un buen marco a la continuidad de esta lucha que ahora tendrá que encontrar nuevos caminos.
La situación política
Este conflicto ha dejado muchas cosas en evidencia:
-que en Mar del Plata hay una profunda crisis habitacional que afecta a miles y miles de familias.
-que el Estado no tiene ningún tipo de respuestas para esta crítica situación de la población.
-que las respuestas que tiene están muy por detrás de las necesidades sociales (en las reuniones de mediación decían que sólo tenían para entregar unas 150 casas para todos los afectados por esta problemática y que -encima- aún no estaban terminadas las obras).
-que las entregas siempre tienen que ver con: el control de los movimientos sociales (entregan casas para intentar desmovilizar o cooptar a quienes se organizan), el beneficio de negocios inmobiliarios (por ejemplo, entregar viviendas para la relocalización de los habitantes de la Villa de Paso, que más que atender la situación de emergencia real de las familias es algo que responde a la necesidad de revalorizar el barrio San Carlos y vender a muy buen precio los terrenos ocupados por la villa), o para hacer campaña electoral con la entrega de viviendas en los períodos preelectorales.
En este contexto el conflicto es claro: Por un lado, hay familias que se organizan para luchar por sus derechos, y por el otro un Estado que, junto a empresas constructoras y ONG cuestionadas, no dan respuesta a las necesidades de la población. Esos son los polos de una pelea que ahora -perdida la primera instancia de batalla judicial- se correrá seguramente al terreno de la política. Se juegan entonces la organización y fortaleza de las familias Sin Techo junto a la extendida red de apoyo que las acompaña, contra el cinismo del Estado municipal y provincial, que tendrá que contemplar los costos políticos que estarán o no dispuestos a asumir si se llega a instrumentar un desalojo de familias que no tienen nada, más que su dignidad y su voluntad de no resignarse a vivir en la miseria.
Las Familias Sin Techo fueron claras. No van a abandonar el barrio recuperado para irse a vivir a la calle o en casillas precarias que se inundan y se llenan de ratas. La voluntad de resistir en esta lucha sigue intacta. Los planes para la nueva comunidad también siguen en pie. Aún no está dicha la última palabra, y habrá que ver entonces quién ganará esta pelea.


Viva la lucha por la vivienda digna!
El desalojo es ilegal e inconstitucional.
La lucha sigue, porque es justa.

Mar del Plata, 6 de febrero de 2009

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